Para tomar en cuenta y acabar con el abstencionismo: Ignacio Manjarrez

10.07.2013 11:49

BOLETÍN COPARMEX CHIHUAHUA.-

"Lo que sucedió el pasado 7 de julio demanda a toda la ciudadanía, especialmente a los partidos y toda la clase política, a cuestionar por qué cada vez existe un mayor desinterés para elegir a nuestras autoridades."

 

Los 30 mil votos nulos así como el 64 por ciento del abstencionismo reflejan la apatía de la ciudadanía y la indiferencia de ésta hacia las instituciones. Se demostró que existe un divorcio entre la sociedad, entre los partidos y en quienes se postulan para ser electos pese a que en esta ocasión, vimos en los candidatos una lista interesante de propuestas.

 

Lo que sucedió el pasado 7 de julio demanda a toda la ciudadanía, especialmente a los partidos y toda la clase política, a cuestionar por qué cada vez existe un mayor desinterés para elegir a nuestras autoridades; cuáles son los factores que inhiben y obstaculizan un buen ejercicio de participación. 

 

Sin tratar de culpabilizar a nuestras instituciones sino generar un análisis de la situación, somos enfáticos en la necesidad de establecer nuevos elementos administrativos y operativos que más allá de limitar, insten al voto libre y razonado. Es lamentable pensar que de una lista nominal de más de 2 millones de electores sólo el 37 por ciento ejerció este derecho y obligación, es decir, 5 puntos menos que en las elecciones locales del 2010 en Chihuahua.

 

La tarea postelectoral no es calificar quién está omitiendo su trabajo sino qué se puede hacer para revertir el índice de desinterés por parte de la población. En este sentido es que proponemos acciones factibles llamando a la reflexión puntual de los congresos, autoridades electorales, instituciones políticas y ciudadanos.

 

De inicio, la fecha de las elecciones está totalmente fuera del calendario activo y laboral, ya que muchas de las familias, al entrar las vacaciones, planean las salidas de la ciudad. Por este motivo no es raro pensar que los ciudadanos renuncien a su voto por el tiempo de esparcimiento.

 

En este sentido proponemos el cambio de fecha en el calendario electoral deberá contemplar otros tiempos para lograr mayor participación pues es el que se ha establecido resulta un factor determinante para que el ejercicio democrático se dé.

 

Asimismo, replantear cuál será la participación de los órganos electorales e instituciones para la promoción del voto, es decir, los mismos partidos políticos interesados en mantener a su electorado cautivo tendrán la responsabilidad de motivar al sufragio, no así, un instituto que es imparcial por naturaleza. Cada una de las fracciones tiene un presupuesto determinado el cual podría ser bien usado en la difusión de sus candidatos durante la campaña para la generación de propuestas de mayor impacto para la comunidad.

 

Por último, exponemos la implementación de nuevas tecnologías utilizadas durante la jornada electoral, mudar de un lápiz y papel a un voto hecho de manera virtual, acción que contribuiría a la votación a distancia y abonaría a la primera propuesta aquí mencionada. Por lo tanto, deberá haber un compromiso y una inversión en infraestructura que permita facilitar la participación y a su vez resguardar la información acumulada. Los ciudadanos verían atractivo el tener que emitir su voto sin interrumpir sus actividades diarias. Es necesaria una modernización. 

 

Finalmente somos quienes tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo, de elegir de manera individual y por convicción a nuestros representantes, no esperar a que las instituciones induzcan y convenzan. Es así que para que la participación tenga resultados satisfactorios deberán adoptarse nuevas reglas a fin de que sea una mayoría nutrida la que elija por encima de la abundante apatía.